Con el objetivo de evaluar su rendimiento y capacidad para afrontar los retos climáticos, se probarán durante un año sobre una superficie de 2.500 metros cuadrados en el eje verde de la calle Almogàvers, en el distrito de Sant Martí.

 

La nueva baldosa mantiene el característico diseño de la flor, pero incorpora propiedades innovadoras que buscan contribuir a una ciudad más sostenible. En este sentido, se fabrican bajo nuevos criterios medioambientales, sin comprometer la funcionalidad que demanda el uso peatonal intensivo. 

 

“Actualizar el panot del siglo XX significa hacerlo más sostenible, incorporar técnicas más innovadoras y emplear materiales reciclados. Lo que queremos es extender el nuevo panot a toda la ciudad”, afirmó la primera teniente de alcalde, Laia Bonet, durante la presentación de las propuestas el pasado 17 de octubre. 

Bajo el nombre PANOT+, Constraula, empresa del grupo Sorigué, propone una baldosa menos voluminosa, que reduce en un 25% el grueso sin perder sus capacidades. Su fabricación es mucho más sostenible gracias a la utilización de agua de lluvia y la incorporación de técnicas de autoconsumo eléctrico. 

 

PANOT+ incorpora más de un 30% de áridos reciclados provenientes de demoliciones de la provincia de Barcelona y utiliza menos cemento por metro cuadrado de pavimento, hecho que minimiza hasta en un 43% el impacto de emisiones de CO2 en el espacio público 

 

Además, esta baldosa reducirá los contaminantes atmosféricos de la ciudad a partir de la actividad foto catalítica y auto limpiable del óxido de titanio que se añade en la superficie de las piezas.